Estimados clientes y amigos,
¿Qué es el salario emocional?
El salario emocional se compone de incentivos más allá del aspecto económico, otorgados a los empleados por el empleador, con el propósito de hacer más agradable su trabajo y mejorar su calidad de vida y percepción respecto a su relación con la empresa.
Las empresas han valorado la importancia de agradecer por un trabajo más allá del salario. Además, consideraron que dar a los empleados servicios que agreguen valor permitió a los empleados estar más satisfechos y comprometidos con la empresa, retener el talento y mejorar la productividad.
Por lo tanto, las empresas que han invertido en “salario emocional” han encontrado que la rotación de personal es más baja que en otras compañías, han reducido los costos en la selección y capacitación de los empleados, han reducido los niveles de ausentismo laboral y han colocado a sus empresas entre las más buscadas de trabajo.
Ejemplos de salario emocional:
Uno de ellos es el reconocimiento personal. Las palabras de elogio de los superiores hacia los empleados crean una motivación extraordinaria. Otra es facilitar el trabajo desde casa, ya que la mayoría de los empleados valoran la capacidad de conciliar la vida laboral y familiar y reducir los costos e inconvenientes del transporte.
Otro modelo de salario emocional que gana fuerza es la flexibilidad horaria cuando la actividad lo permite. Una de las causas del agotamiento es la exigencia excesiva de estar presente en el trabajo incluso sin tareas pendientes. La flexibilidad de horario evita este problema.
Así como cada persona busca hacer de su hogar un espacio lo más agradable posible, así el lugar de trabajo debe ser agradable. La disponibilidad de áreas para el descanso o incluso la recreación, la iluminación natural, los atractivos colores de las paredes, las plantas o las obras de arte en las oficinas y áreas comunes, contribuyen a mejorar el estado de ánimo de los empleados y tiene efectos en su rendimiento.
La motivación de los empleados y las buenas relaciones entre ellos y con sus superiores son fundamentales para el entorno laboral.
Cada trabajador es un individuo con sus propias expectativas. Los objetivos de un empleado joven pueden no ser los mismos que los de un empleado mayor, ni los de un padre o una madre los mismos que los de un empleado sin hijos, hombres o mujeres, o un ejecutivo veterano y un trabajador manual …
Por ello, la dirección y los recursos humanos deben valorar a cada individuo de forma diferente y adaptar el salario emocional a sus necesidades.